«¡Lo contaré todo! Cómo jodieron al general Villarroel, cómo derrotaron nuestras victorias. Porque, hasta ahora, de aquella guerra solo he oído las versiones que vienen de arriba o del enemigo.»
VICTUS es una novela histórica que nos narra la guerra de Sucesión española, un conflicto que puede considerarse como la primera de las contiendas mundiales y que termina el 11 de septiembre de 1714 con el apocalíptico asalto a Barcelona. También es la tragedia de Martí Zuviría, un joven barcelonés, alumno aventajado del marqués de Vauban, que se convierte en un genio de la ingeniería militar.
VICTUS es un derroche de información y rigor histórico al servicio de un relato ágil, potente y desenfadado, con una dicción rabiosamente contemporánea que nos lleva de Francia a Barcelona pasando por Madrid, Toledo, Tortosa o las batallas de Brihuega y Almansa. Y es también una obra sobre la Barcelona irreductible de 1714, que sufrió un asedio desigual de trece meses y el bombardeo de más de treinta mil proyectiles.
VICTUS cuestiona las versiones oficiales de ambos bandos y cede la palabra a los auténticos protagonistas de la historia, desde la figura inmensa de Villarroel, el general que defendió la capital catalana con lágrimas en los ojos, hasta los civiles y soldados anónimos de todas las naciones que lucharon a un lado y otro de las murallas.
Pero, ante todo, VICTUS es un festín literario de primer orden que se devora del modo en que siempre se han devorado las grandes obras, como lo demuestra el que antes de su aparición ya se hayan vendido los derechos al ruso, el alemán, el holandés y el francés.
«Un huracán de aire fresco, una iconoclasta visión desde abajo que rehace el mito de 1714 con más potencia. Más vibrante. Más cercano.» Joan B. Culla, profesor de Historia Contemporánea.
Poner a Joan B. Culla como un serio referente de opinión bastaría para menospreciar este libro aun antes de haberlo leído.
Por favor… Un poco de seriedad…
Enhorabuena por la novela, es un libro apasionante y con una línea narrativa bien estructurada. También es muy ameno y divertido. Entre las virtudes que encuentro, como novela de ambiente histórico, están las de situar a los personajes en un doble plano público y privado de manera muy acertada y muchas veces emotiva y el enorme estudio sobre las artes de la guerra e ingeniería de la época. Me encantó encontrar referencias a un, presuntamente, antiguo familiar mío (Marià Bassons), por lo que veo un genuino capgros.
Según mi opinión lo que perjudica al libro es la tendencia de colocar los mensajes políticos de hoy en boca de los defensores de Barcelona al acabar la Guerra de Sucesión de manera tan trágica. Esto es apreciable en:
– Como se deduce de las mismas páginas y personajes, entre los últimos “carlistas” sitiados en Barcelona había muchos procedentes de otros rincones de España, por sangre o nacimiento. Entre ellos Villarroel o el propio Zubiría, personaje histórico navarro al que se le cambia el lugar de nacimiento para dar énfasis al mensaje erróneo de que aquella era una lucha entre Cataluña y el resto de España.
– El uso de estereotipos demasiado gastados ya para diferenciar entre “lo catalán” y “lo español” como asimilado de forma simplista a “lo castellano”. Parece que se niega el hecho vasco, gallego, navarro, andaluz, canario o incluso valenciano o americano. Los pueblos no son nunca estereotipos. Una cosa que une a todos los pueblos ibéricos es dar demasiado crédito a los estereotipos. ¿Cómo se puede identificar al pueblo catalán como amante de las libertades y sugerir que los “castellanos-españoles” adoran someterse a las autarquías? Esto sólo se puede afirmar desde el desconocimiento o el intento de manipulación histórica.
En fin, el libro es recomendable pero se advierte la necesidad de filtrar los intentos de manipulación histórica que se quieren trasplantar a nuestro tiempo con fines puramente políticos.